Llanto, llanto, llanto…
El bosque lo aterra y ahora el sol se ha perdido en el horizonte, la oscuridad lo desespera pero prefiere estar aterrado y desesperado a estar en aquel lugar.
Los recuerdos de aquella persona le vuelven a la mente y su llanto se vuelve mas desconsolado. Vuelve al lugar donde solo vio ojos tristes y resignados observando a un par de ojos cerrados y sin vida. Siente el calor humano alrededor suyo pero aquel calor no logra calentar el cuerpo de aquella persona tranquilamente recostada.
Llanto, pena, desilusión, abandono, enojo , desesperanza,.
Esta helada, no es un frío normal, esta muy helada, la sangre ya no corre de manera frenética por sus venas, y cuando la sangre se rinde… el cuerpo se detiene.
De nuevo siente el bosque: helado, silencioso, oscuro, desconocido, es como ver la muerte y solo ahí encuentra consuelo.
Llanto, silencio…
ese bosque eres tu dentro de tu desconsuelo donde la pena agobia tu alma...te convierte en un alma errante aferrado a quienes fueron dignos de tu amor, pero ya no pertenecen a este mundo, mas el hecho de no poder tenerlos una vez mas duele, pero existe algo pequeño pero infinitamente poderoso que son tus recuerdos en los cuales puedes refugiarte cuando sientas el dolor, los recuerdos de aquellas personas que vivieron su vida...pensando que ahora es tu turno de vivirla, disfrutarla para que valga la pena...aquellos momentos grises.
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