Prologo

Estaba en su escritorio, las luces apagadas y el olor del tabaco mezclado con ron hacían que lo soledad se volviera tangible. Alguien con confianza a él quizás hubiera visto su mirada, repleta de melancolía y dolor. Algo había perdido, alguien se había alejado de él, pero más allá de su alcance.

Abandono, esa era la palabra que describía su estado. No había culpables, todo fue fortuito, nunca pensó que sucedieran así las cosas.

Lentamente bebió el ron que le quedaba en el vaso, fumo por última vez en su vida y comenzó a escribir. Era el relato de su dolor, de su felicidad, las historias que quedaron en su mente y formaron recuerdos. Se dispuso a escribir todo lo que había vivido, era lo menos que podía hacer por él, además, solo eso mitigaba su dolor.

¿Cuantos años  pasaron? No lo recuerdo, solo recuerdo aquel día soleado, con un sol de cálido de primavera; también recuerdo que a pesar del maravilloso día, me sentía frió  como si el frió invierno hubiera posado sobre mí su manto helado y gris.

Cuantas noches he llorado tu ausencia, ya no quedan lágrimas que mostrar, pero el llanto sigue apresando a mi corazón.

Te odie, te amé, intente hasta lo imposible para olvidarme de ti después que en aquel sueño funesto me pedías que te dejara ir, que mi abrazo te hacia sufrir, trate de olvidarme de ti… pero no pude, trate y trate pero no lo conseguí, te extraño más de lo que las emociones pueden expresar. Te fuiste para siempre a un lugar donde no te puedo alcanzar, solo tu abrazo podría traer consuelo a mi alma desconsolada, pero estas fría, muerta.

BASURA

No recuerdo la última cosa que escribí, quizás ni siquiera vale la pena recordarlo

Estoy aquí de nuevo, tratando de poner en palabras escritas mis pensamientos. La razón siempre me es ajena, como por alguna razón mágica se aleja de mi como si yo fuera la peste para ella, no es que sea irracional, simplemente me rehúye. Por mucho tiempo estuve pensando que escribir, por donde ir, que expresar pero hasta hoy no tengo la respuesta. Puede que la tele por fin haya hecho mella en mi cerebro y me volvió un idiota, o quizás  simplemente no me interesa.

Por la mierda, olvide como editar mis ideas, estas se atropellan por salir y me exigen que las escriba pero la velocidad del tecleo no da abasto y aquellas ideas se pierden por completo. Quizás no valían la pena.

Creo que he dejado de leer. No recuerdo cuando fue la última vez que me dedique a leer, en cuerpo y en alma… definitivamente ese es un factor importante en mi alta de inspiración y en mi completa falta de edición de ideas.

Que mas puedo hacer, tengo limitaciones, limitaciones ridículas como el miedo al sufrimiento de un personaje que cree.

No seguiré dando lastima con esta pobre muestra de talento, me despediré hasta que tenga algo bueno que decir.

Pd: si publico esto es para que quede registro de lo bajo que uno cae cuando deja de leer y ve mucha tele.

Caminar

Tengo que caminar todo el día.
Es agotador

Blog

Nada que decir

A pesar de todo en lo que él creía, no pudo presagiar el impacto de aquella mirada. Intensa, amable y llena de amor. El mundo se detuvo en esa mirada, toda la belleza y la paz del mundo se refugiaron en esa mirada.

Algo lo llevaba a sentir paz, su corazón se calmaba. Todo se detenía, no existía el mal ni el dolor, en su alero solo existía la paz. Era un mundo ajeno al que él vivía, todo se movía a un ritmo diferente.

A pesar del dolor vivido, del corazón roto y de las lágrimas derramadas, él logro, con una sola mirada repararlo. Ya no era un corazón roto, estaba completo, existiendo con otra alma en simbiosis por la eternidad. Encontró a su alma gemela, aquel amigo que se convierte en amante y que después llega a ser algo que no tiene explicación, es su alma gemela y solo en el encuentra paz y consuelo, solo el le arranca una sonrisa cuando está rodeado de oscuridad.

Él lo ama y él lo ama a él, todo es un círculo perfecto que no da cabida a nada más que a su amor… por la eternidad. ¿Él puede pedir algo más que esto? ¿Existe algo más sublime que esto? La respuesta es no, no hay nada más sublime que su amor y no se le puede pedir algo mas intenso a la vida que aquellas miradas.